Carla Andrea Escalera

Diseñadora de moda sustentable

Nació en la ciudad de Río Grande en el año 1992, allí vivió toda su infancia y adolescencia hasta que terminó su escuela secundaria y se fue a vivir a la ciudad de La Plata, ciudad que elige y eligió para radicarse en los últimos años. La educación primaria la realizó en el Instituto María Auxiliadora, su secundario en La Misión Salesiana. No es menor mencionar su paso por la Misión Salesiana por que tuvo mucha influencia en su forma de abordar su proyecto hoy por hoy.

Recuerda una infancia muy feliz en el barrio de Chacra IV, sus padres siguen radicados en esa misma casa, que formó parte de una de las primeras casas de ese barrio. Eso generó en Carla un fuerte sentido de pertenencia. Sus primeras amistades fueron mujeres porque sus compañeras de María Auxiliadora eran solo mujeres. Tuvo amigas del colegio y amigas del barrio. Recuerda mucho estar en la calle, cuando habla de Río Grande en otros lugares que no son en Tierra del Fuego; comenta de su infancia en la calle: ¨ permitirnos jugar libremente y aunque muchos piensan que vivimos encerrados por razones climáticas, ¨ para Carla el frío no existía.

Su mamá es oriunda de la provincia de Misiones, y este dato es muy importante, porque para la formación de Carla, su trabajo y su historia es la relación de su mamá con su provincia y su infancia, una infancia de contacto con la tierra, con el exterior.

Sus vacaciones en familia siempre fueron por tierra, ida y vuelta; primero hasta Quilmes, provincia de Buenos Aires; luego de unos días continuar hasta Misiones. Después era volver en auto con su papá, mamá, Carla y sus dos hermanos. Hacer ese trayecto, viajar tantos kilómetros, del norte al sur, y salir de la isla, es algo que Carla considera que marcó a ella y a los de su generación. Y cuando las vacaciones no eran hacia el norte del país, eran en la provincia con muchas salidas al campo. Lo mismo sucedía si era fin de semana largo para ir a alguna laguna o al sector de ´la antena¨.

El cambio de escuela, del Colegio María Auxiliadora a la Misión Salesiana fue a pedido de ella, tuvo varios motivos para tomar la decisión, además ella quería seguir la carrera de veterinaria al terminar el secundario. Tiene buenos recuerdos de lo aprendido en las diferentes secciones de la misión, desde la huerta, el ordeñe; la faena no es uno de esos recuerdos felices. Hoy además lleva una vida vegetariana. Todas las experiencias se transformaron en herramientas para su formación.

¨Estudiar en la misión era vivir con esa historia latente de nuestros pueblos originarios, y hoy mirando hacia atrás y siendo más crítica; no se hacía mención que teníamos todo al alcance de la mano para poder estudiarlo…deberíamos mirar más nuestra propia historia y no tanto la de afuera¨.

Cuando termina la secundaria recuerda esa necesidad imperiosa que tenían los adolescentes de irse de ¨la isla¨ sin motivo aparente. Aun Carla siente que debe analizar un poco más esa cuestión. No se arrepiente de haber decidido irse, ya que siempre supo que se iba a ir, pero también siente que fue un deseo de toda una generación: una camada de gente con 18 años con ganas de salir a Buenos Aires, La Plata, Córdoba, Mendoza o Santa Fe. Hoy celebra que haya llegado la Universidad de Tierra del Fuego, generando que los jóvenes permanezcan un tiempo más en la provincia.

Carla a los 18 años se fue a estudiar a la ciudad de La Plata y se instaló en la Facultad de Bellas Artes, ahora denominada Facultad de Artes. Allí comenzó la carrera de música popular, en la licenciatura de música popular durante 4 años. Siempre estuvo muy inmerso en ella el interés por la música a través de la guitarra y el canto. Fue por eso por lo que se metió de lleno y esos fueron sus primeros golpes, porque la gente que ingresaba a estudiar música estaba muy bien preparada, y ella sin embargo quedo espantada del nivel en sus compañeros. Agradece haber transitado esos años por la Facultad de artes, porque le brindó herramientas para la transición de pasar de estudiar música a moda.

Comenzó sus estudios de moda en una Universidad privada, que le permitió un plan de estudios más reducido, ya que la formación en música de la facultad de artes fue muy importante por las materias pedagógicas y estéticas. Cree que en algún momento pueda volver, porque es algo que le encanta, pero lo tomaría esta vez de una manera más relajada, y sin tanta frustración.

A pesar de todo no dejó la Facultad de artes por completo, siguió estudiando música y a la par se puso a hacer Historia de las artes visuales en la misma facultad. Luego solo continúo con la carrea de música, e inicio otra carrera de Diseño de indumentaria y textil en la Escuela Argentina de Moda en Buenos Aires (recibiéndose en el año 2016 en eamoda). Seguía en la Facultad de artes sabiendo que eso no lo iba a terminar, pero tampoco quería abandonarlo, ya que algunas materias le brindaban herramientas. Fue como una transición: sacando herramientas de cada lugar para seguir formándose.

Al final y con la tesis de la carrera y la presentación de su proyecto de marca independiente y sus diseños de indumentaria

La primera vez que hizo un trabajo tan introspectivo, tratando de conectar con la naturaleza y sus raíces, sintió que pudo expresar cosas que con la música no había podido contar, entonces fue que a través del textil pudo hacerlo. La primera colección fue una colección muy chiquita, que no se replicó por que fue una tesis. De esa colección vendió todo y solo quedó con una sola pieza que la construyó con su abuela. Eso fue en un otoño/invierno, pero después vino una primavera y fue así como siguió haciendo más, para ir aprendiendo, y que su trabajo vaya saliendo a la luz para que después pueda comercializarse. Fueron 2 o 3 temporadas de prueba y error hasta que lo consolidó bien. Hasta que en el invierno del 2017

presentó su colección más oficial de Carla Andrea para comercializar. Esa primera colección

se llamó USNEA (nombre científico que se le da al liquen, que es como la barba de indio o de viejo). Lo tomó, porque le gustó al principio la materialidad y empezó a trabajarlo como fieltro en la técnica de fieltro, no como amasándolo, sino como bordándolo junto con lana y vellón de fieltro para generar una textura completamente nueva, también hizo accesorios con maderitas lavadas que había juntado con su papá del Lago Fagnano. Cosa que Carla también hacía en su infancia junto a su papá. Fue volcar sus vivencias a su labor como diseñadora. Todo empezó con la confección de esos accesorios, y como no es joyera, fue trasladarlo a la indumentaria. Tomó ese concepto, y estudió un poco más sobre el liquen con su propiedad depuradora del aire; quiso así establecer una analogía entre ese liquen y la moda sustentable o sostenible. El liquen es algo invasivo, pero en el buen sentido, porque es algo abrasivo, entonces Carla propone ¨invadir de moda sostenible la industria de la moda¨ que es una de las industrias más contaminante del mundo.

Ese era el mensaje de Carla para darse a conocer: ¨soy diseñadora de moda sostenible, me gusta trabajar de una manera conceptual porque no soy figurativa y soy de Tierra del Fuego, porque traigo esta imagen y este objeto de referencia ¨.

Hasta el momento tiene 4 colecciones, son todas atemporales porque hablando de moda sostenible, no trabaja una colección que se vende 6 meses y no se produce más, están todas publicadas online en su página y trabaja a pedido, no trabaja un stock de prendas de manera innumerable, porque principalmente está en contra de su filosofía y después por que no puede porque es bastante costoso. Por eso las trabaja a pedido, la gente las compra y las tiene. Solo las tiene que catalogar como otoño/verano, porque el mercado se lo pide. Además, son prendas holgadas, no son completamente abrigadas o livianas, son siempre como de media estación. Su desafío en el rubro de la indumentaria es poder hacerla justa e inclusiva. Pero desde México se dio cuenta que es una idea ilusoria que le genera tristeza, y que el nivel de consumo que existe allí comparado al resto del mundo, no se compara con lo que sucede en la Argentina, idea que comparte con amigos que tiene en otras partes del mundo.

Hubo una colección que hacia un poco de referencia a su paso por la escuela Agro técnica Salesiana. Fue presentada en Río Grande en el complejo de ¨La oveja negra¨ junto a Juliana García Bello, que también presentó su colección. Cree que ahí todo terminó de cobrar sentido. Esa colección hablaba más de sus valores. Trató de retomar recursos de la indumentaria según en lo que se estaba inspirando. Y en esta colección era ropa de trabajo y trató de adaptarlo algo un poco más urbano para que sea usable. Realizó mamelucos, chalecos reforzados, gabardina pesada, porque no trabaja cuero, realizó bombachas de campo un poco más urbanas, camisas que no son tan estructuradas, sino con cuello volcado, remitiendo a ropa de la labor diaria que usó muchísimo estando en la escuela.

Ese es el trabajo que realiza colección tras colección. Le encantó poder haber viajado y presentar la colección en su ciudad. Así cree que terminó de cerrar el concepto y de cobrar sentido. Se lleva un recuerdo muy lindo de ese día.

Una de las diferencias que Carla tiene con su marca con respecto a sus valores, es trabajar con textiles que son pigmentados de manera natural y de manera artesanal con desechos domésticos, le gusta decirlo así. Normalmente utiliza yerba mate, cáscaras de cebolla, piel y carozo de palta según la temporada, en otoño utiliza hojas de eucalipto: usar lo que va dando la naturaleza y lo que va surgiendo, sin dañarla y respetándola siempre de esa manera, por ejemplo: si saca una remera y tiene cierta cantidad de flores y puede hacer tres remeras, son tres remeras; y no hay más; el color no se repite hasta que vuelva a ser primavera. Los tintes naturales es algo que le gusta mucho y lo está investigando constantemente.

Trabaja sola en el diseño, corte y moldearía, confección y tintura. También trabaja haciendo un muestrario que sería como la prenda uno. Si tuviera que replicar esa prenda recién ahí se la manda a su equipo. Tiene un equipo muy reducido; dos chicas que están trabajando con ella, también diseñadoras de indumentaria. En algún momento también trabajó con talleres barriales, cuando la producción fue un poco más grande. Ella tiene el taller en su casa/estudio.

Ganó un concurso que se llama BA de la secretaría de cultura del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, donde se premia a dos diseñadores dándoles la oportunidad de desfilar sus colecciones den las pasarelas del Fashion week, ganó con su colección primavera-verano. Fue importante la repercusión en las revistas de moda a nivel nacional.

También viajo al campo de pensadores Urbanos de la ONU en México para liderar un panel de moda sostenible de latinoamericanos.

Considera que todavía hay un montón de aspectos en deconstruir y en la moda fundamentalmente: ¨ Por qué van a seguir habiendo modelos hegemónicos si no van a permitir que haya otro tipo de cuerpos, otro tipo de identidades, otro tipo de diseñadores es difícil, hay muchas cosas todavía por sacar a la luz y deconstruir¨.

Considera que, como diseñadora de moda sostenible, le ha tocado salir a chocarse con muchos palos, ya que este estilo de moda recién está empezando a abrirse, de a poco se va dando a conocer, el paradigma de esta forma de hacer indumentaria. Por eso esta muy contenta de formar parte de este cambio. Cambio que ella viene realizando desde el 2016.

Quiere que no sea solo una moda, sino que realmente se instaure y enseñar a ser un poco más conscientes con todo, con las personas que tenemos al lado, con los animales, con el entorno que nos rodea. Eso también implica el consumo de indumentaria y de cualquier otro tipo de producto que consumimos: ¨porque hay muchas cosas que no están buenas y terminan pagando los que menos tienen siempre, luego el planeta y entonces también nosotros¨, sostiene Carla.

Con sus colecciones intenta acercarse un poco más a un público joven, porque cree que son la generación del cambio.

Aunque esté en contra de ese mundo, fue la nominada a los Martín Fierro de la Moda. Esa fue una experiencia excéntrica para Carla. Estuvo en la terna de Moda sustentable.

Se siente orgullosa de poder vivir de hacer lo que le gusta, aunque cree que tiene mucho camino por recorrer todavía, está contenta del lugar en donde está y de la manera en lo que lo realiza, aunque le cuesta el tema de los comercios y la industria, que es por lo que se rige, cree que de a poco se va a ir dando todo y lo va a ir logrando, intentando no terminar de venderse al mercado; eso es de lo que más se enorgullece.

En su ambiente hay frustraciones, porque hay momentos que son mejores y hay momentos que son peores y les pasa todos los emprendedores, pero está muy contenta del lugar en donde esta y de a poco llegar más lejos y hacerlo de manera respetuosa.

Carla no trabaja con un stock fijo, y tampoco trabaja por temporadas, es el estilo que forma parte de su marca, sin la creación de colecciones, ni siquiera por año. Pero si está presentando nuevas piezas, modificando sus productos, creando productos nuevos, por ejemplo, crear tres productos nuevos y que formen parte de una serie o solo un ´producto, evolución de un producto anterior. Es una forma de ir adaptándose a los desafíos del mercado en Argentina y en Latinoamérica.

Hace un año está viviendo en Oaxaca de Juárez, capital del estado de Oaxaca en México. Llegó para hacer una residencia artística en busca de nuevos estímulos, para aprender y seguir nutriéndose sobre todo de los tintes naturales que forma parte de la identidad de su marca. En esa zona de México es muy popular por sus textiles y sobre el trabajo artesanal de sus textiles. La residencia ya terminó, pero Carla decidió quedarse.

Trabaja en México con otros artistas y para otros artistas. Sigue intentando incorporarse al mercado local, si bien no es empezar de cero, pero los insumos son otros.

Continúa vendiendo su marca Carla Andrea a través de la web, y trabaja en su casa-taller

Durante el primer semestre de este año 2023, trabajó con alumnos de la Universidad tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca, haciendo pasantías profesionales que la ayudaron en el desafío de entender el negocio local a través de la indumentaria. Salió de las pasarelas para hacer un estudio de campo.

Sigue estudiando e investigando sobre los tintes naturales que allá son muchos mas vibrantes y le fascina. Se encontró ajena ya que no es su paleta de color. Entendiendo como el color habla del territorio y del suelo de donde provienen. Carla tiene muy arraigada su paleta de colores que es mas desaturada que asocia directamente la flore fueguina. Alla en México le cuesta conseguir colores marrones, colores tierra, beige; allá todos los colores son saturados.

Carla esta convencida que su paso por este mundo viene de la mano de la educación, del aprender y de transmitir saberes y compartirlo. Pensando en un cambio radical. Sin meterse en militancias o problemáticas que le han generado frustraciones.

Distinciones que ha recibido:

Nominación Nuevo Talento Moda Sustentable APTRA, Martín Fierro (2019)

Moderador, Urban Thinkers Campus ONU Hábitat, Ciudad de México (2019)

Ganadora Autores de Moda BA, Semana de la Moda Buenos Aires Fashion Week (2020) Finalista del Concurso de Arte y Diseño Sustentable BIAAF, Bilbao España (2020)

*Distinguida con el Sello del Buen Diseño por el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación (Argentina, 2021).

Por los 100 años de Rio Grande Carla se refiere a un Río Grande que habla de cierta juventud, y se queda con eso. Carla habló respecto de su generación que no esta tan lejana, pero sabe que también hubo otras generaciones que se instalaron en Río Grande, además de la de los antiguos pobladores y los pueblos originarios: las migraciones de la generación de sus padres; los que llegaron, los jóvenes que volvieron y se fueron nuevamente, que es la generación que siente que está un poco más instaurada. También hablar un poco de esa diversidad, que existe en Tierra del Fuego pero que cree la tiene más Río Grande, que es muy rica culturalmente. También la importancia del sentido de pertenencia intercultural. Que el que llega se apropia de los valores que ya existen en la provincia, en la isla, sin abandonar los propios y eso hace un entramado super rico.

También siente que cuando uno se aleja, termina de darse cuenta de todo lo lindo de Río Grande, siempre encuentra magia en todos lados: en la planicie del gris, el cielo, el mar y la riqueza de la gente.

Si se cruzara con Carla, pero con Carla con 18 años le diría que siga su camino, que viva la experiencia y que no se arrepienta de nada y que se frustre un poco menos. También le diría que siga estudiando, buscando y aprendiendo, y que eso no lo abandone.

Carla se define como una diseñadora por sobre todas las cosas, pero no solamente encasillarse en eso sino algo más filosófico, como diseñar su vida, su forma y manera de relacionarse y de vincularse, de construir su identidad. Se considera muy emprendedora y aguerrida, fiel a sus valores y a los de su familia y muy soñadora.

Las mujeres de Río Grande tienen una fuerza incomparable…. Haciendo una analogía con las mujeres en México y mirando a miles de kilómetros a las mujeres de su ciudad, ¨cargar a sus hijos, esperar el colectivo para ir al trabajo, caminar en busca del pan del mediodía¨ siente que se torna desafiante con un clima tan hostil como el que ofrece Río Grande, por eso, para Carla, las mujeres fueguinas son extremadamente fuertes. Agradece a las mujeres que formaron parte de su educación y formación: a sus tías, a sus tías de cariño, a sus maestras y sobre todo su mamá que es una guerrera para ella.

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