Irma ¨Terremoto¨ Cárdenas Gallardo
Primera boxeadora de Tierra del Fuego
Nació el 17 de diciembre de 1963. Desde los tres años vive en Rio Grande, pero Irma lleva en la sangre los gustos de la tierra de este suelo, el calafate, los ñires; todo lo vivió acá, se siente fueguina. Su mamá se llamaba Manuela Gallardo y su papá Juan Bautista Cárdenas y le decían ¨el cabezón Cárdenas¨, fue maquinista vial trabajó en Techint, YPF, empresa Canga. Trabajó muchos haciendo el camino de ¨Paso Garibaldi¨ (parte nueva), trabajó en las pistas de aterrizaje sobre la ruta N3 cuando existió el conflicto con Chile y en las pistas que se hicieron en las estancias.
Irma realizó su escolaridad primaria en la escuela N7 Abrazo de Maipú. El boxeo aparece en su vida escuchando a su papá contando que él había sido boxeador, y que dejó de boxear por un accidente que tuvo el otro jugador: no se levantó, y el papá se asustó y se sintió muy mal, frustrado. Irma muchas veces lo vio llorar, pero entendió que son cosas que pasan en este deporte. Cuando fallece su papá, Irma se propuso cumplir el sueño que él no pudo terminar.
El papá llego en el año 1967 y entrenaba de manera recreativa por los años 1972/73. Así empezó su pasión por el boxeo, familia de boxeadores. Entrenaba en el centro deportivo, en el ATE, en el boxing club. En el 1979 cuando se formó el Club del boxing. Su hermano también boxeador de boxeo recreativo. Irma comenzó en las 1996/97 clases de aerobox en el centro deportivo, y realizaba aerobox por que la mujer no podía entrenar ni boxear con los varones. Los varones entrenaban, pero a las mujeres les daban boxeo recreativo. Además, los horarios de entrenamiento o reuniones de política eran por la noche o bien temprano, que para una mujer con hijos es muy complicado. Eso a Irma le trajo varios conflictos. Pero nunca bajó los brazos, cuando su esposo se iba a trabajar a las cinco de la mañana, ella, sin que el supiera salía a correr. Este entrenamiento lo hacía por que se había entusiasmado con aerobox. Pero ella ya quería boxear, pero no sabía como hacer por que la mujer no podía estar ni cerca de un gimnasio de boxeo.
De a poco se fue involucrando y metiendo en ese deporte y en esos lugares ¨prohibidos¨. Irma siempre cuenta que pedía permiso para entrenar sola. Algunas veces la hacían incomodar con cosas para que ella se fuera. Pero no bajó los brazos por que Irma no iba a verlos a ellos, ella iba a cumplir su sueño. Y aunque hicieran cosas muy feas para que ella se molestase, como por ejemplo cambiarse delante de ella, o reírse; por ejemplo, le gritaban: ¨anda a lavar los platos, o estas no son cosas de mujeres, las mujeres no pelean¨. Irma solo iba a entrenar y los demás no existían, esas cosas la fortalecieron. Así fue durante mucho tiempo.
Muchos años pasaron para que terminaran las humillaciones, pero Irma dice que cuando una mujer se propone hacer algo, no hay nada que se lo impida, y está segura por que la fortaleza que tiene una mujer no la tiene ningún hombre. Y a todos les dice esa frase acotando además que es porque las mujeres pueden tener hijos.
Una vez le dijeron ¨a vos te vamos a meter adentro de un ring y te vamos a dar una paliza, te vamos a meter una piña que no vas a entrar mas al gimnasio¨; a lo que Irma les respondía: ¨parir, eso es dolor, y ustedes no tiene ni idea¨. Tampoco quería confrontarlos tanto, por que su objetivo era entrenar y cumplir su sueño. El marido también le decía: ¡¿yo no te toco un pelo y mira cómo venís?! A lo que Irma no respondía, por que la verdad era así.
De a poco se fue ganando su lugar; le decían: bueno dale te toca a vos, y ella se ponía los guantes y se subía al ring. Según Irma, ella, físicamente los pasaba por arriba, hasta el día de hoy a sus 60 años. Irma entrena a la par de sus alumnos, además de lo físico, el boxeo es concentración. Aunque después cuando llega a su casa le duela ¨hasta la bolita de los ojos¨.
Irma no tiene palabras para describir lo que le sucede cuando entra al gimnasio, siente como si su edad y su cuerpo desaparecieran, hoy quiere que sus alumnos crezcan como deportistas; sabe que los jóvenes están muy vulnerables, desamparados y solos, con problemas, sociales, físicos y mentales. Irma ve que no hay palabra de aliento ni de amor para los jóvenes, algunos hasta le han comentado, con tan solo 14 años, el deseo de morir es tremendo lo que sucede. Y se pregunta por que siempre llegan a ella, adolescentes con esas problemáticas. Como mujer creyente, está segura de que Dios la puso ahí con un propósito, y está segura de que es así. Hoy sabe que esta en el lugar adecuado para ayudar a esos jóvenes.
El boxeo es para Irma una familia, sus alumnos los considera como sus hijos.
En el año 2001 ya entrenaba fuerte, pero no para competir, era boxeo recreativo. Lo hacía en exhibiciones, ahí aprendió lo que eran los golpes; pero siempre mentalizada que en algún momento lo haría de manera profesional. Ese año fue cuando la Tigresa Acuña marcó un antes y un después en el boxeo y para las mujeres boxeadoras; pionera en el país. Ella también entrenaba a escondidas, tanto que su primera pelea profesional fue fuera del país, en Estados Unidos. En esa pelea perdió. Irma recuerda que La Tigresa tenía una amiga abogada, que ayudó a impulsar una ley para que las mujeres pudieran pelear como los hombres arriba de un ring. Cuando la Tigresa peleaba en el 2001, Irma peleaba acá en Río Grande. Fue cuando empezó a entrenar en el ATE, porque en el centro deportivo solo entrenaba aerobox, su entrenador fue Juan Rabena. Iniciando su carrera después como instructora en el Boxing Club.
Su hijo un gran boxeador de peso pesado, sacando el coraje de la madre. Además de ser su hijo, el gran mérito es que además Irma fue su entrenadora.
Del 2004 al 2014 fue vicepresidenta del Boxing Club, también protagonista desde la organización de este deporte. Además, durante esos años entrenó ad honorem. Dictó clases en el SUM del Barrio Aeropuerto, en casa de Jóvenes, en el Dojo ubicado sobre calle Bilbao.
Es la primera instructora con licencia en Río Grande desde el 2013, se recibió como directora técnica a nivel nacional, siendo la primera mujer; es árbitro, jurado. Siempre con todo lo que tiene que ver con el deporte Irma se capacitó, dentro y fuera del país y continúa haciéndolo.
Ha recibido las siguientes distinciones:
El 18 de mayo del 2001 a la ¨Primera dama Fueguina en abrazar el deporte de los puños¨, otorgado por el Intendente Jorge Martin.
Por el día de la¨ Mujer Boxeadora¨ un trofeo, otorgado por la concejal María Laura Colazo.
¨Por el duro desafío de ser la mujer que se calzó los guantes por primera vez¨, otorgado por la Legislatura Provincial.
El 18 de mayo del 2005, una placa por su paso por el boxeo Fueguino, otorgado por el intendente Jorge Martin.
El 18 de junio del 2005, una placa homenaje ¨por desafiar al colocarse los guantes por primera vez el 18/05/ 2001, otorgado por Rubén Vivas presidente del Boxing Club V. Stanic.
En septiembre del 2013, ¨A la dama del boxeo reconocida por la FAB como la primer mujer Amateur Nacional Francisco S, Andrade Historiador Deportivo, otorgado por el Boxing Club y Amigos del Boxeo de Río Grande.
El 4 de agosto del 2018 Nova Austral, entrega reconocimiento ¨a la trayectoria en el deporte del Box, por su entrega y aporte a este lindo y apasionante deporte¨.
En junio del 2019, una placa ¨por su destacada demostración en el torneo Municipal de box, otorgado por la Escuela de Boxeo 2 de abril a través de la alcaldesa de la comuna de Porvenir.
En el año 2024 a través del Municipio de Río Grande fueron ternados por el Premio Ciudad de Río Grande Ainara Quiroga como boxeadora destacada.
Pionera en el boxeo de Tierra del fuego. Primera directora técnica Nacional e Internacional y de boxeo sin contacto.
Después de más de 20 años se ven los logros, la forma de crecer, es seguir capacitándose.
Se siente orgullosa de haber entrenado a cientos de chicas que hoy, en las clases que da Irma de boxeo sin contacto, sus exalumnas llevan a sus hijos de entre 5 y 6 años, ya está entrenando a una nueva generación de deportistas. Sus clases siempre fueron numerosas entre 40 y 70 alumnos.
Para Irma las mujeres tienen más sensibilidad, pero también más fortaleza, ser madres, el control de una casa, criar a una familia, cuidar el dinero; por eso sostiene que: en cualquier lugar que pongan o ubiquen a una mujer, la mujer se va a destacar, porque tienen esa cosa de guerreras. La mujer puede estar donde quiera estar, que nadie se lo impida.