Nora Nilda Alderete
Docente y primera maestra antártica

Nora, hasta los siete años, vivió en el campo, en las afueras de la ciudad de Frías.
Debido a la situación laboral de su padre se radicaron en la ciudad. La cual está ubicada en el extremo sudoeste de la provincia de Santiago del Estero, al límite con la provincia de Catamarca. Es conocida como “Ciudad de la Amistad”, donde los niños concurrían a la escuela y en los ratos libres se juntaban a jugar en los patios, en las veredas y se mantenía una excelente relación con los vecinos, característica típica de los pueblos del interior. Los fines de semana se compartían entre tíos y primos, cuando el tiempo lo permitía se disfrutaba de algún río cercano.
Su padre se llama Juan Wenceslao Alderete empleado municipal. Su madre es Irma Antonia Quiroga y su labor era la de ama de casa. La familia de Irma tenía campos y los productos que utilizaba en la cocina eran traídos a la ciudad para que ella los convirtiera en verdaderos manjares. Mantenía la limpieza y el orden, cocinaba de todo y muy rico desde lo más típico como el locro, empanadas, humitas, tamales, mazamorra hasta el pan, manteca, dulce de leche, queso, fideos, etcétera. El padre era quien trabajaba en relación de dependencia y la madre era quien sostenía la casa e inculcaba en sus hijos que “la única obligación que tenían era la de estudiar”. Nora no heredó las habilidades culinarias de su madre, pero si se destaca en la limpieza y orden en su hogar. La casa de su infancia (donde actualmente viven sus padres y dos hermanos) era muy grande y cómoda, con lugar para que cada uno pudiera descansar y/o estudiar sin molestar al otro, con un patio de tierra inmenso al cual Irma siempre lo mantenía limpio. En cada fiesta de cumpleaños, navidad o año nuevo nunca les falto un regalo ya que su mama se encargaba de confeccionar tejidos con lana y bordados que lo hacía de excelente forma.
Si bien Nora se crio lejos de sus tíos y primos ya que ellos vivían en el campo o colonias donde se trabajaba la tierra nunca se sintió sola porque su familia era numerosa. Eran seis hermanos, tres mujeres y tres varones, ellas se dedicaron a la docencia y actualmente están jubiladas y de ellos, dos son docentes y el otro hermano trabaja en una explotación minera, incluso sus cuñados y esposo se dedicaron a la docencia.
La educación primaria la desarrolló hasta 2do. Grado en la Escuela Hogar N°602 "Fray Mamerto Esquiú" de la localidad de Icaño, provincia de Catamarca; a partir de 3er. Grado la familia se trasladó a la ciudad de Frías y allí continúo sus estudios primarios en la Escuela Nro. 17 “Félix Frías”. Su formación secundaria y terciaria la realizó en la Escuela Normal Nacional Superior “Republica del Ecuador” donde egresó con el Titulo de Profesora para la Enseñanza Primaria. Siempre le gustó la música y a contra turno de las clases habituales, asistía a clases de guitarra, piano, danzas folclóricas y hasta participó en un coro. Con el correr del tiempo y las obligaciones escolares se le hizo imposible continuar con su pasión musical y por consejo de su madre se dedicó de pleno a la carrera docente.
En ese tiempo y cuando podía acompañaba a su hermana mayor que se desempeñaba como docente en una escuela rural de la provincia de Catamarca. Allí comprobó una vez más el “verdadero ser” de la gente de esos lugares, de respeto a la maestra, acompañando las actividades, dispuestos a solucionar cada eventualidad y fundamentalmente brindarse con el corazón y las manos abiertas a quienes venían de otros lados. Hay que recordar que en aquellas épocas no existía el personal de limpieza y cocina, por lo que la docente debía realizar ese trabajo. Nora ayudaba en la limpieza y su hermana cocinaba para los alumnos. Cuando la maestra volvía a la ciudad a ver a su familia y descansar, los padres de sus alumnos y lugareños le hacían algunos pedidos que generalmente consistían en la compra de víveres.
A sus veinte años y culminados los estudios se trasladó, por un año, a la ciudad de Pico Truncado en la provincia de Santa Cruz, donde se desempeñó como Maestra de Grado. A fines de 1987 regresó a su ciudad para contraer matrimonio con Hugo Oscar Santillán. Este hecho fue la culminación de un noviazgo que venía desde hace tres años atrás. El primero de febrero del siguiente año Hugo se traslada a la ciudad de Río Grande. Nora llega quince días después ya que él se encargó de buscar el lugar para vivir.
Aquí se encontraron con una vida, que, en muchos aspectos, nada tenía que ver con las vivencias que traían desde Frías. El cambio fue muy brusco, vivieron varios meses en la casa de una familia que les alquilaba una pieza-dormitorio y compartían cocina y baño. Mientras tanto, envían la documentación requerida para comenzar la actividad docente. Al recibir la notificación pertinente a Hugo se le informa que su Título Docente no tenía el sello correspondiente del Ministerio del Interior, en tanto Nora cumplía todos los requisitos. Ante esta situación él comienza a trabajar en la carga y descarga de camiones en el Parque Industrial. Nora comienza su actividad como Preceptora Albergue, en lo que por aquel entonces era la Escuela N° 18 en el Paraje de Radman. Es de destacar que este colegio está prácticamente en la frontera con Chile y las condiciones tanto de comunicación como de vida nada tenían que ver con los avances que hoy estamos acostumbrados. A la institución concurrían los hijos de todos los trabajadores que se desempeñaban en las estancias cercanas y allí vivían de lunes a viernes, mientras los fines de semana lo pasaban con sus familias. Esta labor rememoro su paso por la escuela albergue a la cual asistió en su infancia y desde esa vivencia pudo tener un acercamiento más efectivo y afectivo a los niñas y niños. Para trasladarse hasta aquel lugar lo hacía en un taxi o en un vehículo Mercedes Benz Unimog, de acuerdo a las posibilidades que brindaba el personal de Gendarmería Nacional que custodia ese Paso Fronterizo. Hugo ya había regularizado la situación con el sello faltante en su título y su primera experiencia como docente la realizó en Escuela Provincial N° 10 “Gral. Manuel Belgrano”. Nora realizó su tarea, en ese lugar, por un año y medio ya que estaba a la espera de su primer hijo, el cual se llama Mauro Nicolas. Al enterarse de su embarazo, junto a su marido se ven en la necesidad de buscar un lugar más cómodo para vivir que se. En este nuevo hogar vivió seis años, se agranda la familia con la llegada de su única hija, Aylén y su labor profesional la realizó en las escuelas N° 7, 2, 10, 14 hasta que logra la titularización en la escuela N° 23 “Organización de los Estados Americanos”. Luego realiza una permuta de cargo y traslada su titularización a la Escuela Provincial N° 20 “Angela Loij” y finalmente se cambia a la Escuela N° 35 “Jorge Luis Borges”. En ese momento, se le realiza el ofrecimiento de dejar la escuela primaria y concentrar todas sus obligaciones en la que por aquel entonces era la Escuela Provincial de Comercio N° 2 “Soberanía Nacional”, comenzando en el cargo de Tutora en el turno mañana y Preceptora en el turno tarde.
Así llega el año 1996 y el Ministerio de Educación de la provincia llama a Concurso Docente de Antecedentes para ejercer el cargo de Maestro Jornada Completa en la Escuela Provincial Nro. 38 “Presidente Julio Argentino Roca”, hoy “Presidente Raúl Ricardo Alfonsín”, ubicada en la Base Antártica Esperanza. La particularidad de ese llamado a inscripción era que estaba destinado a “matrimonios docentes”. Este hecho se da por el traspaso de las escuelas nacionales a las provincias. Lo conversaron en familia y decidieron participar del concurso, enviando la documentación el último día de inscripción. En dicho concurso se inscribieron varios matrimonios docentes. En el mes de septiembre de 1996 se realiza la primera parte de la selección que consistió en una entrevista encabezada por el ministro de Educación en la Casa de Gobierno y entre otras personas, lo secundaban el jefe de Logística Antártica de la provincia, el General de Brigada (R) Jorge Edgard Leal (23 de abril de 1921- 10 de junio de 2017) quien comandó la primera expedición argentina al Polo Sur en el año 1965 y fundador de la Base Antártica Esperanza donde se encuentra la escuela, el Mayor (R) Gustavo Giró Tapper (22 de marzo de 1931-11 de enero de 2004) quien fue el segundo jefe de la primera expedición argentina al Polo Sur y que por aquel entonces vivía en la ciudad de Ushuaia. Luego de dos semanas se nos informa que éramos dos los matrimonios elegidos para continuar en el proceso de elección. En el mes de octubre del mismo año se realiza en “Curso de Convivencia Antártica”, en lo que por aquel entonces era la Hostería del Lago Yehuin. A dicho encuentro asistieron ellos y el matrimonio suplente quienes convivieron durante una semana en ese apartado rincón de nuestra provincia con el objetivo de compartir y conocerse con las familias que llegaron desde Buenos Aires quienes convivirían en el Continente Blanco. Esta delegación estaba integrada por ocho matrimonios con sus hijos. A fines de ese mes se les informa que eran el matrimonio docente elegido para desempeñar su tarea profesional, en el año 1997, en la Base Antártica Esperanza y el otro matrimonio fue designado como suplente ante cualquier eventualidad que pudiera surgir. A partir de ese momento fueron retirados de sus lugares de trabajo “En Comisión de Servicio” y debían cumplir su preparación en dependencias de la Delegación del Ministerio de Educación. Por ello debieron someterse a diversos exámenes clínicos, físicos y psicológicos y preparar todo el material para la familia y para la labor que debían cumplir la cual tenía que ser embalada en cajones de madera con características particulares, labor que llevo muchísimo esfuerzo ya que por aquel entonces no existían muchos comercios que ofrecieran vestimenta y calzado acordes a la situación climatológica que les esperaba y tampoco había información antártica.
Es de destacar que durante todo ese proceso hubo una gran cobertura tanto de medios periodísticos provinciales como nacionales y el hecho fue seguido con suma importancia ya que era la primera vez que docentes de Tierra del Fuego se iban a trasladar hasta la primera y única escuela del mundo en la Antártida, para cumplir con el Ciclo Lectivo 1997.
Así fueron pasando los días solucionando todos y cada uno de los imprevistos que surgían. En la mañana del día 2 de marzo de 1997, parten desde el Puerto de la ciudad de Ushuaia embarcados en el ARA Rompehielos “Alte. Irizar”, llevando el equipaje mínimo necesario ya que todos los cajones con las cosas más pesadas habían sido ubicadas en la bodega del buque con varios días de anticipación. Antes de llegar a la Base Esperanza, la familia de Nora junto a los niños que iban a ser sus alumnos fueron invitados para visitar la Base Antártica Primavera, que es una base temporaria (solo está activa durante los meses de verano), los hijos de Nora, Mauro y Aylén fueron los primeros niños fueguinos en pisar esa base, motivo que quedó registrado en los libros históricos del lugar. El día 9 de marzo de 1997, en horas de la tarde/noche llegan a la Base Antártica Esperanza. Luego de realizar el cambio de dotación y las actividades logísticas anuales el buque sigue su derrotero hacia la Base Antártica Marambio para traer a las autoridades provinciales que participaron del acto de apertura. Dos días después se realiza una ceremonia muy emotiva. La escuela como tal fue inaugurada el 14 de marzo de 1978, como una Delegación dependiente del Instituto Doctor Dámaso Centeno de la ciudad de Caballito en la provincia de Buenos Aires, bajo el nombre de “Manuel Belgrano” convirtiéndose así en la primera escuela antártica.Por ese entonces en la Base Esperanza no existía el edificio de la escuela tal cual lo conocemos hoy. La educación se impartía en las casas de las familias. Las madres o personal especializado del Ejercito actuaban como Tutores de los alumnos y los contenidos se impartían con el Sistema de Educación a Distancia del Ejército Argentino (SEADEA).
La construcción de la escuela se terminó en el mes de marzo de 1982, se inauguraron nuevas instalaciones y diez años después pasó a depender del Estado Mayor General del Ejército, continuando con la misma modalidad para impartir la enseñanza. Con el correr del tiempo y antes del traspaso a la provincia de crea la Sala Anexa Jardín de Infantes “Buque Santa Micaela”.

En la Antártida todos y cada uno de los horarios para desarrollar la vida eran muy estrictos. Las clases se dictaban de lunes a viernes, tal cual se hace en la provincia por la mañana se impartía matemática, lengua, ciencias sociales y ciencias naturales; por la tarde los espacios complementarios, en estas áreas tenían la ayuda de dos señoras esposas del personal del ejercito que eran docentes de inglés, música y actividades plásticas. La Base Antártica Esperanza es la única que tiene una red de agua en cada una de las casas. Los días miércoles y sábados a las 12:00 hs. debían activar una llave de paso que permitía el llenado del tanque para el agua que se encontraba en el entretecho de la vivienda y otra llave que activaba el motor que impulsaba el desagote de los líquidos cloacales que actualmente es tratado en una planta para su depuración. Todos los días a las 12:30 el esposo retiraba la comida de la cocina, porque los hombres eran los únicos que podían entrar al comedor para realizar esa tarea. La comida se calentaba en microondas; comían y después iban a la escuela de 14 a 16hs. Solo se consumía productos enlatados y en polvo (esto se debe a evitar al máximo la contaminación); después de un año en la Antártida, cuando volvió a la provincia Nora comió por una semana lechuga y tomate, ya que no había consumido verduras frescas, que tanto le gustan. Si el clima lo permitía, el jefe de la base les informaba que podían salir algún reconocimiento por las inmediaciones, pero siempre acompañados de personal más experimentado. Desde el mes de octubre podían ir a ver a los pingüinos y sus nidos, que se ubicaban arriba de una montaña atrás de la base. En una charla que brindó uno de los científicos que se dedicaba a estudiarlos, les comentó que los pingüinos llegarían en filas por el mar; uno tras otro hacia sus nidos, que son los mismos durante toda su vida al igual que sus parejas -se veían como hormigas, cruzando el mar congelado, juntando piedras para hacer sus nidos, en ese lugar se calcula que hay aproximadamente 300 mil individuos. Toda la fauna antártica se mueve gracias a los pingüinos. En el frente de la escuela se encuentra el glaciar Buenos Aires, atrás de la base un cerro que se llama Monte Flora de 500 mts. de altura, y al costado de este había una laguna Boeckella, de donde se extraía agua para el abastecimiento de la base. Por las noches se escuchaban ruidos que los despertaban a la mitad de la noche que provenían de los desprendimientos de los glaciares que estaban a pocos metros. Recuerda en el fin de semana santa de aquel año y para la semana del día del maestro se tuvieron que suspender todas las actividades por vientos que superaban los 240 kilómetros/hora. También era muy común acercarse a la ventana de la casa y ver en el mar majestuosos témpanos de hielo. Una vez al mes, el médico de la base les controlaba su estado físico, y les suministraba los medicamentos en el caso que lo necesitaran.
Una de las tareas del esposo de Nora, además de enseñar, fue llevar la primera computadora para instalar la red de internet por primera vez en una base antártica. Para ello antes de ir a la base, se le dictó por un mes un curso para realizar la instalación. Siempre con la ayuda del personal de la base. Fue así que el 19 de junio del año de 1997, hicieron la primera conexión de una computadora, a todo el mundo, a través de la señal de teléfono (tal cual se hacía en aquella época).
Uno de los miedos de ir a la base era que sus hijos no pudieran adaptarse a la vida antártica, pero la sugerencia para Nora y el esposo fue: si sus hijos los ven bien, ellos también van a estar bien. En la Antártida se conoce realmente a las personas, se puede fingir un día o dos, pero la personalidad aflora y la gente se da a conocer tal cual es.
En ese lugar, el suelo está recubierto de nieve, pero abajo es toda piedra tipo laja. Al ser la península Antártica, una prolongación de la Cordillera de los Andes, el suelo es similar al que encontramos en la zona del Paso Garibaldi, camino a Ushuaia.
La labor profesional se ve reflejada en las felicitaciones que aparecen en los escritos de las autoridades que se pueden apreciar en su Cuaderno de Actuación Profesional y diversas notas que guarda en un lugar privilegiado de la biblioteca de su casa.
El Continente Blanco es un lugar donde el ser humano tiene que influenciar poco y nada en el ecosistema. Como familia la experiencia fue excelente, como mujer tuvo que adaptarse al sistema militar, donde los hombres se dirigían a ella a través de su esposo, a pesar de que Nora era la directora de la escuela, pero solo en los papeles.
Nora ha recibido, como todos los que han pasado un invierno en la Antártida, el nombramiento de ¨Expedicionaria al Desierto Blanco¨, por imposición de la Ley N° 25433 del Congreso de la Nación.
En su ciudad natal, Frías, fue declara Ciudadana Ilustre.
Al regresar a la provincia el matrimonio se dedicó a dar cursos, charlas y exposiciones para transmitir el conocimiento adquirido. Los mismos se realizaron en las ciudades de Rio Grande, Tolhuin y Ushuaia.
Por Ley Provincial 1106/16, se instituye el día 11 de marzo el “Día del Maestro Bicontinental”.
Si Nora viajara al pasado, y se encontrara con Nora, pero con 18 años, le diría que salga más, que tenga una vida más sociable, y que viva más la vida. Se siente orgullosa de la carrera docente que hizo y de cómo trabajó hasta jubilarse, de ser madre de tres hijos ya que en el año dos mil nace Lautaro Nahuel y agradece a Dios y a sus padres por todo lo que le dieron.
A las mujeres de Río Grande, Nora les diría que la base de todo es la familia y el respeto, y que una familia unida que ayuda es lo más importante para salir adelante, el trabajo y ser constante es fundamental
