Sara del Carmen Núñez Veas

Representante de Rosas de Fuego, Militante y dirigente de la Unión Cívica Radical de Río Grande.

Nació en Calama, un pueblo al norte de Chile en pleno desierto de Atacama, el 18 de marzo de 1948; un pueblo muy árido. Su padre Hugo Núñez, trabajaba en Chuquicamata, una mina de cobre y oro a cielo abierto, tan grande como una cancha de fútbol; una de la más grande del mundo. Su madre Teodolinda Veas, era contadora, pero jamás ejerció, fue presidenta del sector femenino de un partido político, al igual que su abuela, militantes activistas. Sara estudió los seis años de la escuela secundaria en el Liceo N° 1 de niñas de Antofagasta, al terminar, Sara quería estudiar la carrera de obstetricia, que, según su madre, su interés vendría por que la bisabuela de Sara había sido la ¨comadrona¨ de un pueblo de Chile llamado, además Concepción. Para ingresar a la carrera había 400 postulantes para 25 vacantes, pero por dos puntos, no pudo ingresar, entonces toma la decisión de viajar a la Argentina a la ciudad de La Plata para estudiar en la universidad; y con 18 años se inscribe en la carrera de obstetricia en la Universidad Nacional de La Plata. Después de tres años se recibe y realiza sus primeras prácticas en el hospital El Hospital Dr. Guillermo Rawson, provincia de Buenos Aires; uno de los más importantes de América del sur. Fue cerrado por el presidente Juan Carlos Onganía el 1 de julio de 1978. Trabajó en la provincia de Tucumán, realizando 60 partos por día aproximadamente. Además, cursó hasta el 4to año de la carrera de medicina, pero terminó abandonándola.

En Tucumán conoce a Carlos, compañero de ruta y de vida. Los dos deciden venir a Río Grande para tener una vida mejor, sobrepasando sus expectativas. Llega en el mes de abril, en pleno invierno y empieza a trabajar en la municipalidad en el área de deportes. Después ingresó al sector de medicina preventiva. Allí brindaba charlas en las escuelas, y sin ser docente, tenía en el alma la docencia. Por decisiones políticas finalmente ingresó al vivero municipal. Después fue adscripta con el diputado Pablo Blanco. Hasta que se jubiló.

Fue proclamada autoridad partidaria de la Unión Cívica radical distrito Tierra del Fuego en el estamento 16° delegado titular de como Convención Provincial por Río Grande el 9 de diciembre del año 2019. Fue fundadora y presidenta de la Línea ¨Florentina Gómez Miranda¨ por casi 20 años. En varias oportunidades con afiliados radicales, entregaron donaciones para los chicos de las colonias de vacaciones que viven en los asentamientos. Realizó varios eventos solidarios, como cenas navideñas, meriendas para las mujeres. Fue una luchadora y defensora de los derechos de la mujer.

En el año 2015, a través de la presidencia del Consejo Deliberante del municipio de Río Grande, se declara de interés municipal el ¨Primer Encuentro Austral de Mujeres¨ que se realizó el día 5 de marzo en el Museo Municipal Virginia Choquintel, dicho encuentro fue organizado por Sara para la línea Florentina Gómez Miranda de la Unión Cívica Radical.

Formó parte del Foro de Mujeres Políticas Patagónicas, junto a Crisitna Donatti, Estela Mochietti, entre otras mujeres protagonistas de la política provincial, la sede estaba ubicada en la esquina de las calles Viedma y Pellegrini; fue un grupo de mujeres que entre varias cosas pelearon por el 30% por el cupo femenino.

Todo comenzó como comienzan casi todas las cosas, sin querer. Una noche Shadra Vargas Martinic le envía un proyecto, el¨ Proyecto Sara¨. El proyecto dio inicio con una charla. Sara no quería una charla magistral, de tipo académica, sobre el cáncer y sus orígenes. Sara quería una charla que todo el mundo pudiera entender, muchos profesionales no emplean el vocabulario del común de la gente. Y eso genera que pacientes se generen una película que nada tiene que ver con la realidad de uno. Por qué nadie supo explicar cosas, por ejemplo, ¿se te va a caer el pelo? ¿se te va a caer el pelo de todos lados? Cuando le pregunto a las mujeres de CAPO entre risas le contestaron: si de todos lados. Hay partes que no importan tanto, ¿pero de las cejas!?!? Nunca nadie te dice esas cosas, expresaba Sara. Reconoce que acá en Río Grande hay mucha deficiencia y es muy triste decirlo.

Todas sobrevivientes al cáncer de mamas, Rosas de fuegos significa: rosas en el año 1996 a algunas mujeres que estaban enfermas se salvaron del cáncer y se juntaron y de ahí en más, desde Canadá a Tierra del Fuego, Este grupo de mujeres se puso en contacto con Sara hace unos años atrás, Sara es la representante de Rosas de Fuego. En un principio era 4 mujeres, además hay mujeres voluntarias. Se trata de un grupo dedicado al deporte. Por eso mismo fueron convocadas por el presidente del Club

Náutico Fabian Leiva, cuando se enteró de Rosas de Fuego se contactó con ellas y les enseño a subirse a un kayak, que es un kayak. Una de las actividades es el remar, ayuda por el linfoedema físicamente y mentalmente. Fue así que empezaron a remar. Las mujeres de las agrupaciones del norte del país navegan con un bote dragón, además que hacen otras actividades físicas; acá por cuestiones climáticas se ve limitada el tipo de actividades al aire libre.

Sara expresa que conoce mucha gente que le cuesta expresar que tiene cáncer, entonces pareciera que nadie tiene cáncer. y cuando hay actividades para personas con cáncer no pueden, no están, se encierran. Sara no podía darles nada, pero si tiempo. Ella hizo cosas que le pueden servir a otras personas para sobrellevar la enfermedad. Sara decía -tenés que hacerte el autoexamen de mamas cuando llegues a tu casa, yo sí lo haces me quedo tranquila-. También formó parte de otro grupo, Hermanas rosas de la Patagonia, como un subgrupo de Rosas de Fuego. Las personas sin conocer el trabajo que realizaba Sara con otras mujeres con Rosas de Fuego que padecen cáncer, confiaron en ella para llevar adelante eventos que tuvieran que ver con la prevención del cáncer de mamas.

Como todas las cosas que empiezan, Shadra Martinic le envía a Sara el boceto de ¨El proyecto Sara¨. Entonces Sara se pone en marcha para dar inicio a tan hermoso proyecto, y empieza organizando una charla para hablar sobre el cáncer de mama, y no una charla magistral, decía Sara -una charla en donde todas las personas pudieran entender; por qué a veces los profesionales utilizan terminología tan específica que los pacientes se hacen tremendas películas y la realidad es otra- por ejemplo Sara recordaba que cuando le dijeron que se le iba a caer el pelo, llegó a su casa y empezaron las dudas -se me va a caer el pelo de la cabeza, ¿se me va a caer el pelo de todo el cuerpo o solo la cabeza?- !a las mujeres de C.A.P.O. les pregunto! a lo que ellas le respondieron entre risas: si de todos lados. A las charlas le sumó el testimonio de mujeres que estaban atravesando un cáncer y además el testimonio de la familia de las pacientes, incluir a la familia fue porque Sara sabía que el familiar vive distinto la enfermedad, los silencios, las miradas, la angustia y el guardar las emociones. La primera charla fue en la ciudad de Tolhuin con la asistencia de 19 personas, allí se habló de todo (incluido el testimonio de varios de los asistentes): como eran las quimios, si dolían, si la quimio es como muestran en las películas, que los hombres también pueden tener cáncer de mama. Fue una charla muy movilizadora; en un momento de la charla los asistentes se dirigieron hacia afuera y en un árbol pintado de rosa, en un agujero hecho por un pájaro carpintero, todos depositaron un mensaje. La segunda charla se realizó en la ciudad de Ushuaia con la invitación especial de la oncóloga la Dra. Verónica Baró (directora médica de LUCCAU, Lucha Contra el Cáncer Ushuaia, jefa de Servicio de Oncología de Clínica San Jorge). La tercera charla se realizó en la ciudad de Río Grande con la asistencia de 23 personas. Uno de los objetivos de las charlas era desmitificar que el cáncer es sinónimo de muerte, hablar del miedo a realizarse los estudios, hablar de la importancia de la prevención, que el cáncer no tiene edad ni género. Muchas personas la acompañaron en este proyecto y que de manera desinteresada aportaron mucho para que pudiera concretarse: iluminar el puente Gral. Mosconi de color rosa, llenar de cintas color rosa la Trucha sobre la ruta N3.

En el año 2016 Sara recibió su diagnóstico: tenía cáncer de mamá. Cuando vio los resultados Sara se dijo -me voy a morir, me voy a morir- pero no se refería a miedo a la muerte sino el miedo a ideas que relacionaba con el cáncer; que iba a estar en silla de ruedas, a quien le iba a regalar las cortinas, que iba a pasar con la perra, que no llegaría a la próxima navidad, su esposo llevaría otra mujer y usaría sus cosas... Lloró mucho, pero el amor de su entorno, las constantes demostraciones de afecto hacia a ella, hicieron que de a poco dejara de llorar. Aunque durante la entrevista se le escaparon algunas lágrimas, en sus palabras permanecía todo el amor que recibía.

A pesar de su realidad, Sara asistía a sus sesiones de quimioterapia feliz, por que sostenía que las quimios eran un pasaporta a la vida. Por sobre todas las cosas, siempre eligió luchar y dejar su huella en esta tierra.

El 28 de noviembre del 2021 obtuvo el reconocimiento por su labor y compromiso social, del Municipio de Río Grande a través de la Secretaría de la Mujer, Género y Diversidad, ¨Mujeres del Centenario¨ junto a más de 60 mujeres, que tuvieron una larga trayectoria en la ciudad y que marcaron un antes y un después en la comunidad.