Susana Dobronic

Su lema: ¨jamás esperar una recompensa, solo saber y sentir que lo hiciste por otro¨

Nació en Río Grande el 19 de agosto del año 1954, en la casa antigua de Chiflet, frente a las oficinas de rentas de gobierno, sobre calle Laserre; después se mudaron donde quedaba el Quiosco Don Pepe, en la esquina de 9 de julio y Rosales, allí nacieron sus hermanos.

Su papá se llamaba Estanislao Esteban Dobronic Plastic, él nació en Punta Arenas el 20 de abril de 1920, hijo de inmigrantes croatas que llegaron al sur de Chile en 1910; Estanislao emigró a Río Grande en busca de trabajo y otro futuro con tan solo 21 años, llegó el 2 de marzo de 1942. Fue administrativo- contable en ¨Casa Raful¨, fue agente marítimo de los luchos (pequeños barcos que transportaban mercadería y llevaban lana y carne para exportar. Formó en el año 1963, junto a Ruperto Bilbao su amigo, CODIBILDO compañía distribuidora Bilbao y Dobronic; en el acta fundacional del Club John Goodall y del Club Social igual consta su presencia. En la década del 1950 con una sociedad formada por amigos Bunader, Raful, Gauna compran la Estancia Carmen, de la cual se desentiende en el año 1966 cuando se desarma su matrimonio y se va a Chile.

Su mamá Alicia del Carmen Barrientos, nació en Río Grande el 13 de agosto de 1936, hija de Senaida Barría y José Baldomero Barrientos (1er botero asesinado en Río Grande el 25 de mayo de 1947) fue reina del petróleo con tan solo 17 años el 13 de diciembre de 1952. Estudio junto a sus hermanas en el Colegio María Auxiliadora. Se casó con Stanko el 16 de octubre de 1953.

Susana tiene dos hermanos, Antonio y Ricardo, también riograndenses; tres hijos y cinco nietos y con Juan Barría, su esposo, llevan casados 49 años. Un 4 de octubre del año 1971 inician su noviazgo, se casan un 27 de marzo de 1976 en la Iglesia Nuestra Sra. De la Candelaria, donde actualmente funciona el Salón Rainiere del Colegio Don Bosco.

Tuvo una infancia muy feliz, recuerda inviernos y veranos en la calle, o en la casa de los vecinos -la casa de los vecinos, era tu propia casa- y la primera vecina que gritaba: ¡a comer! todos iban para ahí. Recuerda los gritos de su madre por la ventana llamándolos a comer. Fue vecina de China Ibarra, Roberto Salinas, Virginia Andrade amiga desde los dos años, (Virginia vivía en la casa de Susana, y Susana vivía en el hotel de Don Augusto). En invierno hacer sus propios trineos, armar orquestas en los patios, jugar al futbol como arquera (con hermanos varones no tenía opción y los pelotazos eran para ella)

Desde los cinco años y hasta terminar sus estudios primarios asistió al IMA, Instituto María Auxiliadora, incluso cuando fue a vivir a Chile estudio en una escuela también de hijas de María Auxiliadora. Cuando regresa, como no había secundario en el IMA, terminó sus estudios en el Instituto Don Bosco. Exalumna salesiana de toda una vida siendo las hermanas parte de su vida y familia. Cuando era niña, su papá tenía estancias, y como hija de estancieros nunca pasó necesidades; por ejemplo, que la vestían en la cama y no supo lo que era levantar un plato de la mesa -lamentablemente- expresa Susana. Porque, cuando la vida la sacudió, se tuvo que ir hacia el otro extremo; cuando se fue a Punta Arenas, pasó hambre; y las hermanas y las familias de María Auxiliadora fueron las que le dieron de comer y la vistieron. Es por eso por lo que Susana, dice, les debe muchísimo; y no va a olvidar jamás el concejo que le dio el sacerdote Aurelio Muñoz a su padre cuando quedó solo con sus tres hijos fue – no te separes nunca de tus hijos- y su padre cumplió, es por eso por lo que agradece tanto a la vida.

Cuando termina el secundario el papá sentado en la mesa junto a su hermano les dijo – hasta acá llegue y más estudios no les puedo dar- por ello tuvo que trabajar por que el estado en aquellas épocas no daba ayudas, ni becas ni nada. Como el papá tenía CIMATEF (cooperativa maderera de Tierra del Fuego) trabajó en el año 1971 en la oficina sobre calle San Martín (hoy Confitería Lautaro) allí Susana empezó a colaborar, codeándose con el señor Trejo, ex Gobernador de la provincia; como era aduanero Susana hacía despachos, salidas de las maderas que iban a Comodoro Rivadavia, Trelew o hasta Bahía Blanca se iba la madera de acá. Después ingresa al Registro del Automotor de Doña Elena Rubio, pero estuvo poco tiempo. Rindió para ingresar al Banco Hipotecario, hasta que nació su primer hijo y no volvió a trabajar.

Su relación con la política inicia en la Agrupación Vecinal formada por jóvenes de Río Grande, siendo el origen del MoPoF (Movimiento Popular Fueguino) -estaba todo por hacer en la ciudad, y no había ambiciones de poder, así era antes-, y se considera una militante que siempre le puso muchas energías y ganas, por ver crecer a Río Grande. Su hijo Damián tenía cuatro o cinco años, lo recuerda en el auto acompañando cuando Susana con sus compañeros militantes iban a hablar con los vecinos o a entregar sobres; también participando o acompañando, porque siempre estuvieron al lado de su mamá. El movimiento popular fueguino fue un partido muy abierto en sus inicios; los de Río Grande iban para Ushuaia y los de Ushuaia venían para acá, y la casa de uno era la casa de todos. En el año 1991 empezaron a armar listas, a convencer a la gente que la mejor propuesta era la del MoPoF; la juventud del pueblo. Cuando se hizo la lista para convencionales constituyentes, pensando que más de tres no iban a entrar, ingresaron once de su partido. Fue una locura hermosa por que no esperaban ganar tantas bancas. Los tiempos ya no daban para hacer campaña; así que directamente el partido decidió presentarse en las siguientes elecciones para gobernador. Así como se ganó la gobernación con el señor Arturo Estabillo y vicegobernador Miguel Ángel Castro. Se trabajaba todo el tiempo, no se diferenciaban días de semana con sábados y domingos, se trabajaba sin horarios todos los días. Las puertas de su casa estaban siempre abiertas y gente que entraba y salía. Mostrando también que la mejor opción era la juventud fueguina con una idea de familia abierta y tradicional buscando hacer sus sueños realidad. Todo pensado en las nuevas generaciones. Ingresa a trabajar como parte del gabinete, transformándose en la primera delegada cuando se abre la delegación de la legislatura provincial en la ciudad de Río Grande, en manos del vicegobernador Miguel Ángel ¨Lito¨ Castro. Allí estuvo hasta que en mayo del año 1995 asume como concejal por la ciudad de Río Grande por el tiempo de seis meses – trabajé con mucho ímpetu, por que como dicen los salesianos: somos servidores de la gente, y yo tengo eso en el corazón-. Las ordenanzas del banco de remedios y de banco de sangre es una ordenanza presentada por Susana, tristemente la ordenanza del banco de remedios no se cumplió nunca; -un concejo si quiere trabajar, con las ordenanzas que están en el archivo, les alcanza y les sobra-

Después trabajó en la legislatura en Ushuaia durante tres años. En el año 2001 vuelve a Río Grande y deja la actividad política por el fallecimiento de su cuñada en el momento del parto de su sobrina, quedando su hermano menor viudo. En esa oportunidad la hermana Teresita Ferretti, que colaborada en la iglesia Virgen de Luján, en el barrio Perón, le dice: no necesitas la política para hacer el bien, vení a ayudarme. A lo que Susana se preguntaba - ¿la Virgen de Luján? Yo soy de María Auxiliadora-, a lo que la hermana le dice -vos pedile algo y después me contás-. En agosto del año 2001 empieza a trabajar en Luján (trabajar ad-honorem, como todos los trabajos que se hacen desde el corazón) hasta el día de hoy. La ganancia no es en pesos es el reconocimiento de la gente; en donde estes y lo que estes haciendo.

Como exalumna de María Auxiliadora participó del Centro de exalumnas siendo la presidente durante ocho/nueve años organizando las grandes cenas de gala para exalumnas, y tanto creció el centro que se logró la cohesión con otros centros de exalumnas de Punta Arenas, Río Gallegos, Comodoro Rivadavia, Bahía Blanca. Ha participado en encuentros nacionales en Córdoba. Tuvieron el reconocimiento en Roma, por el trabajo con las exalumnas, porque era el sueño y proyecto que tenía Don Bosco para la Patagonia y aun sigue en pie La Unión de Exalumnas de Río Grande; ya son mas de 60 años. El trabajo que se hace desde la unión es muy amplio.

Es catequista hace más de 20 años y hace un par de años Susana es cooperadora salesiana, formando parte de otra gran familia de salesianos a nivel mundial. Colabora también en la iglesia Virgen de Guadalupe en el barrio El Mirador. Cuando inicio allí tenían una casilla que estaba inhabitable; hoy ya creció y tiene piso, paredes, cocina. Todo logrado con donaciones, rifas, ferias barriales y comunitarias, con tes canasta con mateadas, todo gracias también a un grupo de amigos que si Susana levanta el teléfono ellos siempre están colaborando. No es solo la plata, sino las voluntades y haciendo las cosas desde el corazón todo se puede. Ahora ya tiene merendero, apoyo escolar, clases de inglés y por supuesto catequesis de comunión y confirmación.

Cada vez que golpean a la puerta de la casa de Susana, esa puerta siempre se abre, y los vecinos, el pueblo de Río Grande lo sabe.

La proyección de vida de toda mujer si la vida te lo permite es ser madre, y la proyección en la vida de Susana es ver a sus hijos siendo buenas personas, realizados. Esa es la gran recompensa de la vida. Si volviera el tiempo atrás se diría a ella misma que se juegue más por sus ideales, no como madre y esposa, sino como ciudadana y el poder haber hecho más por la sociedad -me faltó eso- dice Susana; y a pesar de todo lo que Susana trabaja y ha trabajado, siente que le queda eso pendiente. Y jamás esperar una recompensa, solo saber y sentir que lo hiciste por otro.

Le gustaría que la recuerden y que digan que valió la pena conocerla

Si tuviera que dejarles un mensaje a las mujeres de Río Grande le viene a su recuerdo su abuela, que no hablaba mucho y que sin hablar dejaba su mensaje.

Su abuela fue una mujer que nunca le sobró nada, a los 13 años fue mamá y a los 21 quedó viuda con cinco hijos; y cuando se fue a Chile, se fue con un bebé en brazos junto a un tío de Susana, Cacho Barrientos; sus hijas mujeres quedaron de pupilas en el Colegio María Auxiliadora; pero el bebé que llevaba en brazos lo perdió, lo buscaron, pero nunca encontraron al tío de Susana. Pero en su casa, recuerda Susana, la olla siempre caliente, pollo asado, hojas de achicoria (que recolectaban ellos) papa hervida y huevo; no importaba la hora siempre había un plato de comida.

Esa es la mujer que Susana admira, por que era una mujer simple, humilde, pero con un corazón gigante, que crio 13 hijos, nunca faltó la comida y jamás pidió un bolsón de comida, siempre con la olla llena y el comedor abierto para sus hijos y nietos.

El reconocimiento a la mujer viene por ahí, por esa mujer anónima, que llenó Rio Grande, el mensaje a las mujeres de Río Grande es que sean como esas mujeres anónimas que supieron abrirle la puerta a sus hijos, a sus nietos, al necesitado y que nunca faltó un plato de comida, porque se compartía, por que Río Grande era una gran familia; quizás hoy también sea así.

El mensaje a Río Grande le diría que lo quiere mucho que le agradece todo lo que le dio, y que siga bregando y luchando por personas que lo quieren de esa manera. Si querés a este lugar arráigate, no busques tener tu auto y un puesto; -Río Grande cambió, pero no le hagas daño a la ciudad que te esta dando todo-. La vida y los años te muestran que cuando te vas al cajón no te llevas nada, más que lo puesto.