Casiana Torres

Cantora folclórica del Sur, al país

Casiana nació en Río Grande, Tierra del Fuego, y creció en el seno de una familia de guitarristas y cantores. Desde muy pequeña estuvo rodeada de música popular y de las voces que habitaban las reuniones familiares, lo que la llevó a interpretar folklore argentino de manera natural, como si formara parte del aire que se respiraba en su hogar. En su casa, la identidad artística se forjó profundamente en la tradición familiar de los Torres: de su abuelo y su padre, y esa herencia sonora que marcó su sensibilidad desde la infancia. A esa raíz se sumó la influencia de su madre, chaqueña, cuya cultura, vivencias y sensibilidad dejaron también una huella importante en su formación. Los viajes frecuentes desde el extremo sur hacia el Litoral, impulsados en parte por ese legado materno, le permitieron incorporar una mirada más amplia y diversa del país, enriqueciendo aún más esa mezcla de raíces que define, hasta hoy, su camino musical y humano.

Casiana es cantora de folklore. Ama la música de raíz folclórica, esa que nace profundamente de la tierra, con una sencillez que para ella sigue siendo una necesidad vital, algo verdadero que necesita transmitir.

Durante su adolescencia se trasladó a Buenos Aires, donde comenzó a desarrollarse como artista, sin dejar atrás el paisaje fueguino ni las memorias de su infancia. Desde entonces, recorrió los escenarios del país y del mundo con una propuesta que se distingue por su profundidad interpretativa, coherencia estética y compromiso con la cultura popular. Es fundadora de “Mujer de la Isla Producciones” y cofundadora de la “Cooperativa Cultural Alternativa Musical Argentina”. Se desempeña además como docente en la Universidad Nacional de las Artes, donde está a cargo de la Cátedra de Canto Popular Argentino y dicta talleres y seminarios a lo largo y ancho del país. También es miembro de la Academia Nacional del Folklore.

Su primer disco, Canto mi tierra, llegó en 2005. Fue una obra cargada de intuición, emoción y memoria. Según ella misma cuenta, fue un trabajo profundamente vinculado a su historia como “pequeña cantora pueblerina”. Lo fue armando con emoción, día a día, como un descubrimiento constante. Siempre tuvo claro el mensaje: mostrarse tal cual es y expresar su manera de amar el canto popular. La presentación de este trabajo en Cuba marcó un hito en su carrera: allí fue escuchada por Mercedes Sosa, quien la convocó al homenaje “Madres de Plaza de Mayo” en la Feria Internacional del Libro. Ese encuentro fue una señal luminosa en su camino.

En 2009 publicó su segundo álbum, Del fuego a la raíz, junto a músicos como Rudi Flores. Fue un disco conceptual, que partía del fuego de la isla y se adentraba en las raíces del cancionero popular argentino. A través de un mosaico de ritmos y canciones de los cuatro puntos cardinales —algunas inéditas— fue tejiendo un hilo musical federal, que la identificaba desde el sur al norte del país. Este trabajo la llevó a escenarios de gran relevancia, como el mayor del Festival Nacional de Cosquín, donde se presentó en dos ediciones consecutivas (2010 y 2011).

En 2012 y 2013 realizó sus primeras giras europeas, con presentaciones en ciudades como Baiona, Burdeos, Féas, París, Madrid, Barcelona, Burgos y Santiago de Compostela. En ese mismo período también se presentó en festivales de Chile y Uruguay, fortaleciendo su proyección internacional y ampliando su recorrido artístico.

En 2014 formó parte del disco colectivo Raíz Spinetta, editado por Sony Music, un homenaje a Luis Alberto Spinetta que obtuvo el Premio Gardel al Mejor Álbum Conceptual. Casiana participó con su voz serena y expresiva, como ya lo había hecho en homenajes a referentes como Armando Tejada Gómez y Atahualpa Yupanqui, o en espectáculos como La Jaula Abierta, compartido con Teresa Parodi.

En 2016 editó Al corazón de la tierra, su tercer trabajo discográfico, publicado por Acqua Records. Bajo la dirección de Martín Nazareno Castro, el álbum incluyó obras de José Larralde, Ernesto Cabeza, Cocho Zambrano y Linares Cardozo. Participaron músicos como Federico Chavero, Ricardo Vaccari y un cuarteto de cuerdas integrado por Quique Condomí, Horacio “Mono” Hurtado, Claudia Sereni y Leonardo Abildgaard. La presencia especial de Nini Flores en el acordeón completó una obra sensible, profunda y cargada de belleza sonora.

En 2018 realizó una gira por Colombia, donde brindó conciertos y talleres de canto. Luego, entre 2019 y 2020, llevó adelante una gira extensa por México, con más de veinte presentaciones en espacios culturales, teatros y centros comunitarios. Allí ofreció conciertos también para comunidades migrantes y refugiadas, llevando su canto como gesto de encuentro y abrazo.

En enero de 2023 fue una de las artistas convocadas al homenaje por el centenario del poeta Hamlet Lima Quintana en el escenario mayor del Festival de Cosquín. Ese espectáculo, que también celebró los 60 años del Nuevo Cancionero, combinó poesía, música, audiovisuales y danza, y reunió a referentes como Marián Farías Gómez, Enrique “Quique” Llopis, Carlos Bergesio, Julio Lacarra, Mónica Abraham, Jorge Giuliano, Leo Bernstein, Felipe y Martín Lima, entre otros. En ese contexto, Casiana volvió a demostrar que su voz no es solo un instrumento musical, sino también una forma de memoria viva.

En 2024 lanzó Soy Milonga – Romance de la Llanura, un álbum profundamente surero en el que explora ritmos, formas poéticas y paisajes del universo pampeano. Esta obra fue nominada a los Premios Gardel 2025 en la categoría “Mejor Álbum Artista de Folklore”. Tal distinción motivó que el Concejo Deliberante de Río Grande declarara de Interés Municipal y Cultural su nominación, a partir de un proyecto impulsado por el concejal Dr. Jonatan Bogado. El 16 de mayo próximo presentará este trabajo en Buenos Aires, en un concierto donde volverán a encontrarse el sur, la raíz y la palabra.

Casiana Torres, fueguina de alma, cantora por vocación y militante del canto popular, continúa caminando con la certeza de que cantar también es una forma de sembrar memoria.