Nora Vicens
Una docente y emprendedora que transformó la educación en Río Grande

Nora nació en Catamarca en 1961 y desde pequeña llevó en su corazón la pasión por la enseñanza. Creció en una escuela rural, donde sus maestros le inculcaron el amor por el aprendizaje y el respeto por la tierra. Aunque su primer título no estuvo relacionado con la docencia, la vida la llevó por ese camino cuando, en 1985, mientras vivía en Bahía Blanca con su familia, fue convocada para el Plan de Alfabetización del gobierno de Raúl Alfonsín. Fue ahí, enseñando a adultos, donde descubrió su verdadera vocación: "Esto es lo que debo ser".
Con su marido militar y sus cuatro hijos, llegó a Río Grande en los años 90. Allí completó sus estudios en el Profesorado Don Bosco -"Ya tenía más de 30 años y había restricciones por la edad, pero el profesor Amaya me dio la oportunidad". Primero como maestra de primaria y luego, con esfuerzo, como docente de nivel inicial, a pesar de que su edad parecía un obstáculo.
En 1999, durante un paro docente, algo hizo click en ella. Su hija mayor, entonces en sexto grado, le hizo reflexionar sobre el derecho a la educación. ¨Como almuerzo hoy con mi hija, cuando yo estoy de paro, no puedo seguir haciendo paro¨, se cuestionó. Esa contradicción la llevó a imaginar un espacio educativo diferente, donde las decisiones no dependieran de otros. Así, en el 2000, nació el Jardín Dominó, un proyecto que inició con apenas 23 niños y muchas ganas.
Los comienzos no fueron fáciles. La crisis del 2001 golpeó fuerte, pero Nora se propuso iniciar una nueva carrera el profesorado de Lengua y Literatura que le permitio tomar horas en distintos colegios y que pudiera manejar sus tiempos para poder seguir atendiendo el emprendimiento. Su familia se convirtieron en albañiles, pintores y administradores. "Juan, mi marido, fue mi pilar - sin su apoyo incondicional nada de esto hubiera sido posible", reconoce con emoción. Juntos transformaron cada obstáculo en oportunidad. Nora golpeó puertas, buscó espacios y, en 2009, logró que el Municipio le cediera un predio. Para entonces, ya había sumado a su familia en el proyecto: limpiando, pintando y hasta atendiendo llamadas. Sus hijos profesionales -Paula psicopedagoga, Nadia socióloga, Francisco psicólogo y Sol médica- siguen involucrados en el proyecto. "Todos sienten que esto creció con ellos". "Todos pusieron su granito de arena", dice, orgullosa de que sus hijos se involucraran desde sus profesiones.
El crecimiento fue imparable. En 2010 abrió la primaria del Colegio Cono Sur, y en 2017, la secundaria, completando los tres niveles educativos. Hoy, la escuela ocupa casi 5.000 metros cuadrados, pero Nora seguía pensando en más: "Ahora toca equipar con tecnología, laboratorios…".Hoy, el Colegio Cono Sur es un faro educativo en Tierra del Fuego; no solo por sus aulas, sino también La Chacra educativa y Bandurrias del Chapel - espacios donde los estudiantes aprenden de la tierra y la naturaleza. "La tecnología es importante, pero nunca debe reemplazar el contacto con la vida misma", explica Nora.
Más allá de los edificios, su mayor satisfacción era el vínculo con los alumnos -"Conocerlos, ver qué les pasa, acompañarlos"-. Esa cercanía también se extendía a la comunidad: el intendente visitaba la escuela, las familias confiaban en el proyecto, y hasta los proveedores eran locales. "Emprender acá es dejar el dinero en la ciudad", dice con convicción.

Cuando mira hacia atrás, Nora se reconoce como una "docente emprendedora", no una empresaria. "El emprendedorismo es resolver sobre la marcha: pintar, limpiar, gestionar…". Su legado no es solo una escuela, sino una forma de entender la educación: cercana, vivencial y llena de posibilidades.
Y aunque la salud le había dado un susto —un problema cardíaco que la obligó a frenar—, no imagina retirarse. "Solo disfrutar un poco más", dice, mientras sigue soñando con nuevos proyectos. Porque, como le enseñaron sus maestros rurales: "Todo lo que sueñes, lo podrás lograr".
En la última Reunión de Comisiones, que tuvo lugar este lunes, participaron los alumnos de 6° grado “Cauquenes” de la Escuela del Cono Sur, quienes expusieron el trabajo de investigación que vienen llevando adelante en el humedal y resaltaron la importancia ambiental de declarar la Laguna Sur como una Reserva Natural Urbana. Durante el encuentro legislativo estuvieron presentes Mariela Kozache, docente del grado; Viviana Albornoz, directora de la institución educativa; y representantes de la Subsecretaría de Ambiente del Municipio de Río Grande.
La participación de los chicos no fue un hecho aislado: hace tiempo que vienen impulsando esta propuesta con mucho compromiso. Además de la presentación del proyecto, organizaron varias jornadas de limpieza en la zona, colocaron un cartel para resguardar el espacio y mantuvieron diálogos con los vecinos para concientizar sobre el cuidado del lugar. Todo esto forma parte de un proceso educativo que busca, desde la práctica, encontrar soluciones a problemáticas reales, visibilizarlas y permitir que los estudiantes ejerzan su ciudadanía desde temprana edad. Así, los estudiantes no solo aprendieron sobre el medioambiente, sino que también se convirtieron en protagonistas activos en la defensa de su entorno natural.
Desde sus raíces humildes en una escuela rural de Catamarca hasta la fundación del Colegio Cono Sur en Tierra del Fuego, Nora se muestra como una mujer que no se detiene ante los límites impuestos por la edad, la economía o el contexto.
Además, el fuerte vínculo con sus estudiantes, su familia y el entorno natural demuestra una mirada integral de la educación, que incluye el aprendizaje académico, la conciencia ambiental, la participación ciudadana y la cercanía afectiva.
